domingo, 11 de noviembre de 2007

Aberdeen Angus Syrah 2006

Otro clasico de Finca Flichmann. Hacia tiempo que no lo tomaba y en una cena en casa de amigos alguien lo habia llevado. Me lleve una buena sorpresa. Lo encontre mucho mejor elaborado de lo que lo recordaba, unos 3 años atras.
Compre una botella hace unas semanas y la descorche.
Lo tome en 2 veces y al segundo dia habia desarrollado mejor. Sedoso, amigable. Frutado.
Clasica cena de unas pastas, la salsa un poco picante fue bien llevada, creo que por el syrah.

Unos $9 en los chinos.

Finca Dolores


Finca Dolores, de la clasica bodega Navarro Correas.
Un vino clasico, entonces. Diria que es vino con un estilo propio pero que muestra cierta pretension de tendencia moderna.

De oferta en el super, $9.-

Finca Beltrán Duo Tempranillo-Malbec 2006


Este vino acompaña a menudo las comidas en casa y juega para volverse un clasico.
Ahora con un nuevo diseño en su etiqueta, Este bi-varietal Cabernet Sauvignon - Syrah elaborado por Familia Zucchardi en la provincia de Mendoza, nos entrega un sabor equilibrado gracias las uvas de calidad y una cuidada elaboración. Su relación de precio con respecto a su calidad es tan equilibrado como sus aromas, acidez y
se lleva bien con la mayoria de nuestras comidas criollas. Yo lo encontre hace unas semanas que fue muy bien con una ensalada de rúcula, radicheta y tomate, con una vinagreta de balsamico, vinagre de vino especiado que traje de Colón Entre Rios el año pasado, un toque de ajo y buen aceite de maiz. Creo que la acidez de la vinagreta me permitió apreciar una caracteristica sedosa que limpió y mantuvo el final en boca durante unos instantes muy placenteros.
Pruebenlo. Cada botella ronda los $7,50. Esta linea de bi-varietales se completa con Sauvignon Blanc - Chenin y Cabernet-Merlot.

Entre copa y copa


Por las noches se despierta el momento de la calma. Una copa de vino es siempre buena compañía, para encender ideas, para disfrutar de la música, una película, un libro o el silencio.
Si bien es mediodía, pleno domingo y sin una botella descorchada aún, en un céntrico barrio de Buenos Aires o en cualquier otra parte del planeta, un soltero y aficionado al vino y otras cuestiones gourmet como yo, se encuentra en plena tarea de orden, limpieza y puesta a punto del hogar.
La cocina muestra orgullosa mis cacerolas, mi colección de cuchillos prolijamente ordenados y colocados de mayor a menor en su iman de pared, y una habitual colección de botellas que se acumulan periódicamente con el paso de los días. Me gusta la idea de sacar las botellas vacias a la calle no de forma individual sino en cierto volumen respetable, para que los recicladores de primera mano las pongan en sus carros y les den un destino de sustentabilidad. Me importa el medio ambiente y sus frutos.
Siempre pienso lo mismo: debería sacar una foto a cada botella de vino tomada, para algun día hacer un blog o algo así. Bueno, llegó el momento.
Hoy me puse las pilas y decidí comenzar. Una verdadera excusa para compartir mis degustaciones, mis impresiones personales, la amistad, la buena vida -que puede ser bastante simple-, mis recetas y lo que vaya sucediendo entre copa y copa.